Todas las personas queremos lo mismo, aunque cada una lo disfraza con un nombre diferente. Algunas personas ansían conseguir éxito profesional, otras aspiran a tener la casa de sus sueños, las hay que esperan que su pareja les mantenga el resto de su vida, otras quieren vivir en el campo, conozco a quienes simplemente quieren tener salud, otras desean que sus hijos crezcan fuertes y sanos....
Lo cierto es que no importa bajo que prisma se enfoquen nuestros deseos o cuales sean nuestras aspiraciones, ya que, lo que todas las personas quieren es ser feliz.
Y es aquí cuando se abre el debate sobre la felicidad.. ¿Qué es la felicidad para ti?. No me refiero a que reflexiones sobre cuales son las cuestiones importantes de la vida, ni que intentes recordar lo que a través de la cultura, la educación y la religión nos han vendido sobre la felicidad.
¿Qué es para ti la felicidad? ¿Qué necesitas para ser feliz? ¿Eres feliz? ¿Cuándo comenzarás a serlo? ¿Cómo sabrás que eres feliz? ¿Cómo harás saber a los demás que eres feliz?
Estas preguntas pueden parecer simples, sin embargo, no pueden ser contestadas de forma frívola o rápida, pues las respuestas a estas preguntas pueden determinar o al menos condicionar en gran medida nuestras vidas.
En la medida en que podamos identificar las cosas que nos hacen felices, podremos orientar nuestros esfuerzos y energías hacia ellas. ¿Acaso conoces alguna otra forma de llegar a algún sitio? ¡Claro que no!. Antes de iniciar el camino hacia la felicidad, es necesario que elaboremos nuestro propio mapa, el que nos conducirá hacia ella.
Ese mapa es personal e intransferible, para otra persona quizás no tenga valor. No obstante, para ti es una guía imprescindible y que te marcará el camino ha seguir hacia tu propia felicidad.
Por último, me gustaría compartir algo que yo personalmente tengo muy interiorizado: la felicidad es un estado de ánimo. Por lo tanto, eres tú quien decide si eres feliz y en que medida.
Existe una forma de medir la felicidad, y esta medición se basa en el tiempo invertido en la realización o ejecución de una tarea o actividad y la sensación aportada. Es tan sencillo como auto observar cual es tu estado de ánimo al terminar un trabajo, un dibujo, una conversación con una persona.... Si por ejemplo has estado una hora escribiendo un artículo para un blog y al finalizar te sientes bien, a gusto, con ganas de más, alegre.... entonces es que esa tarea te hace feliz. Y eso se puede llevar a cualquier situación.
Pero esto no es todo, incluso si esa tarea o actividad no ha sido gratificante, siempre cabe preguntarse en que medida tú has permitido que la felicidad se manifieste en tu interior, pues a veces somos nosotros inconscientemente quienes bloqueamos nuestra propia felicidad.
¡Date permiso todos los días para ser feliz¡
Una afirmación que podrías repetirte diariamente es: ¡Soy feliz, muestro gratitud a la vida por todo lo que me ofrece y me doy permiso aquí y ahora para que la felicidad siga estando en mí!.