-¿El precio de vivir un sueño es mucho mayor que el de vivir sin arriesgarse a soñar? –preguntó el discípulo.
El maestro lo llevó a una tienda de ropa. Allí, le pidió que se probase un traje que era exactamente de su talla. El discípulo obedeció, y se quedó maravillado con la calidad de la ropa.
A continuación, el maestro le pidió que se probase el mismo traje, pero de una talla mucho mayor a la suya. Y el discípulo así lo hizo.
-Éste no sirve. Me está demasiado grande.
-¿Cuánto cuestan estos trajes? –le preguntó el maestro al vendedor.
-Los dos tienen el mismo precio. Sólo se diferencian en la talla.
A la salida de la tienda, el maestro le comentó a su discípulo:
-Vivir el sueño, y abandonar el sueño, también tienen el mismo precio, muy caro en ambos casos, generalmente. Pero la primera actitud nos lleva a comulgar con el milagro de la vida, mientras que la segunda no nos sirve para nada.